Thursday, July 21, 2016

EL GRITO DEL TEODEPENDIENTE.


                    Cuando nacemos, somos arrojados inmisericordes a un mundo por sí mismo problemático, frio, sin comienzo ni fin, desprovisto de propósito o “sentido.”

                    Cuando empezamos a tener conciencia del mundo en el que vivimos, pensamos que nos gustaría que este mundo tuviera un orden y un sentido del cual nosotros participáramos desde el comienzo hasta el final. Pero desgraciadamente el mundo es apático, frío y sin sentido. Sólo el ser humano le confiere simpatía (la solidaridad), calidez (el amor al prójimo) y sentido (la razón). Sin él, el mundo está desprovisto de ellos.

                    Al transcurrir de los años empiezan a surgir inquietantes preguntas existenciales: ¿Cuál es el origen del universo (el cosmos y la naturaleza no animada)? ¿De dónde proviene la vida? ¿De dónde viene el hombre como ser dotado de razón, con su posibilidad de obrar libremente?

                    Desafortunadamente existen en este planeta, miles de millones de personas que no tienen el coraje de saber, que no tienen el valor de usar su propia razón, que no se atreven a saber por sí mismos, esa es una tarea increíblemente gigantesca y dolorosa, por eso prefieren refugiarse en el amparo y la sensación de seguridad que ofrecen las ideas religiosas y que como niños se acomodan en el regazo de un dios-padre destinatario del descomunal grito de la tímida criatura, que supuestamente los protege y guía ante lo desconocido, lo inexplicable y lo inevitable.

                    La respuesta de las religiones, aunque es ilusa e infantil es una respuesta necesaria y “verdadera” ante el grito de impotencia y desesperación de una criatura atormentada (teodependiente) por las vicisitudes de la vida cotidiana, por su incapacidad para manejar las preguntas existenciales antes citadas, por esa razón, no es la iglesia la que suscita estos sentimientos religiosos, sino que es la inmensa mayoría de creyentes en dioses la que los incita.


                    Finalmente, los ateos no sufren ni se acongojan ante esas preguntas existenciales a las cuales sólo pueden admitir humildemente su incapacidad de responderlas puntualmente y utilizar algunas teorías científicas al respecto, tampoco se inmutan ante las vicisitudes de la vida cotidiana, simplemente las enfrentan y las superan cuando pueden hacerlo, de otra manera las aceptan como parte de una vida azarosa, sin la necesidad de imaginar seres invisibles y supe poderosos que las provocan.

Saturday, July 09, 2016

CORRIGE AL ATEO Y LO HARÁS MÁS SABIO.


                    ¿Por qué el ateo se hace más sabio cuando lo corrigen? Porque el ATEO posee un pensamiento menos rígido y menos dogmático que el CREYENTE y el agnóstico, esto es tiene una mente mucho más abierta que le permite asimilar nuevas ideas y desechar con más facilidad sus conocimientos falsos y obsoletos. El ateo es como la ciencia, admite cuando está equivocado y cambia según la nueva y probada información.

                    El fundamento del creyente (teodependiente) son sus dogmas de fe, los cuales no puede ni siquiera cuestionarlos, porque dejaría de ser creyente. Por otra parte el agnóstico (a = sin y gnosis = conocimiento) con su postura comodina e indecisa, no sabe qué partido tomar, viviendo permanente en una miserable duda y lo peor de todo es que pide a otros que le demuestran a su entera satisfacción, sus permanentes dudas.  

                    Ese dogmatismo y rigidez del creyente y el agnóstico no les ayuda para nada a entender ni aceptar ideas nuevas, solo se fijan en su propia postura y que de antemano ya han resuelto lo que deba aprobarse o desaprobarse, no quieren explicación alguna susceptible de contrariar sus intenciones particulares, porque estas destruirían su identidad personal, su razón de ser, de ahí que repudian y arremetan contra todo aquel que pretenda cuestionar o destruir sus posturas connaturales.

                    Finalmente el ateo (a=sin y teo=dios), vive su vida simplemente SIN DIOSES, ya que independientemente de la existencia o inexistencia de los dioses, vive sin ellos. Esto le permite vivir y dejar vivir, porque  si el creyente cree y necesita un dios, sería absurdo e inhumano quitarle lo que le proporciona su indispensable estabilidad emocional. Así también, si el agnóstico no puede superar su indecisión por sí mismo, sería ocioso el esfuerzo y el tiempo que se le dedique. Por eso el ateo vive sin dioses, dejando vivir a los que sí los necesitan (Teodependientes) y a los indecisos (Agnósticos). 

Friday, June 24, 2016

EL ACOSO DE LAS FANTASÍAS.

                    Analicemos la siguiente escena: Una madre ante su único hijo inconsciente y gravemente enfermo.

                    La madre es una  persona inteligente y racional, acepta resignadamente la condición terminal de su hijo, pero luego en forma inexorable, empiezan a fluir incontroladamente por su mente imágenes concretas ¿Por qué su hijo tiene que morir tan joven?, ¿Por qué los médicos con toda su ciencia y avanzada tecnología no lo pueden salvar?, ¿Qué puede hacer ella por su hijo? La  angustia empieza a aumentar peligrosa y desproporcionadamente, el acoso de esas imágenes fantasiosas le ha nublado la razón y el estado emocional de la madre se ha desequilibrado  para siempre.

                    Independientemente del desenlace del hijo, la madre sigue viva, pero para seguir viviendo es imprescindible  que encuentre rápidamente el fundamental equilibrio emocional que ha perdido, ya que no se puede vivir con una angustia permanente, su cuerpo no lo soportaría y terminará enfermándose.

                    De pronto, llega a su mente una imagen que les da una respuesta contundente, pacificadora, la imagen de un dios todopoderoso, misericordioso, una imagen que no entiende ni puede explicar, porque esa imagen está más allá de la razón, pero es una imagen que le ayuda a encontrar el consuelo que tanto necesitará el resto de su vida, por ello es que la madre, humilde e inconscientemente lo acepta y permite dejar a su hijo en las manos de esa imagen reconfortante.

                    El acoso de las fantasías es una experiencia terrible e insoportable para los creyentes, de ahí que la teodependencia es la única salida de la que se dispone ante las constantes e innumerables crisis de la vida que involucran lo desconocido, lo inexplicable y lo inevitable. Lo interesante del acoso de las fantasías es que los teodependientes no pueden aceptar que su dios sea solo un producto de su IMAGINACION, porque entonces su identidad personal que lo soporta como creyente, quedaría al descubierto y derrumbaría su vida.

                    Por otra parte, las personas que no son ateos, tampoco entenderán ni aceptarán las consecuencias del acoso de las fantasías en los creyentes, porque les impediría proyectar su ignorancia sobre las creencias religiosas, ya que sabiendo de antemano que dichas creencias  son solo un mecanismo defensivo de la mente para protegerse de una realidad insoportable, entonces seria inhumano hacer burla o escarnio de ellas y perderían la razón de ser de los ataques infructuosos y absurdos que hacen a esas creencias de los teodependientes.

Saludos cordiales.




Monday, June 20, 2016

NATURALEZA DEL TEODEPENDIENTE Y DEL ATEO.

                    No hay duda alguna de que en nuestra infancia, todos los seres humanos ignoramos o desconocemos divinidad alguna, por lo que vale preguntarnos ¿Cómo se crea un teodependiente y un ateo?

                    Si usamos el modelo gráfico de la teoría del desarrollo intelectual de Jean Piaget para describir el cómo se crea un teodependiente y un ateo, tenemos que en la primera etapa aparece una “nueva información” en forma oral o escrita que recibe el niño (DIOS) la cual produce un “desequilibrio cognitivo” que lo impulsa a investigar esa nueva información.

                    Posteriormente en la siguiente etapa de adaptación, el niño la va a “asimilar” comparando la nueva información (DIOS) con los “esquemas o conocimientos  previos”, es en esta etapa en donde la CURIOSIDAD para investigar, la INTELIGENCIA para hacer razonamientos lógicos válidos y el VALOR para aceptar o rechazar las conclusiones de sus razonamientos, juegan un papel fundamental y decisivo.

                    Si la CURIOSIDAD, INTELIGENCIA, pero sobretodo el VALOR del niño es BAJO (CIV), entonces este CIV le generará un “nuevo equilibrio” y este será (DIOS SI EXISTE) e  incluirá a DIOS el resto de su vida como TEODEPENDIENTE, sin la posibilidad de tener un nuevo “desequilibrio cognitivo” en relación a (DIOS), es decir el teodependiente será teodependiente el resto de su vida.

                    En esa condición, el niño teodependiente podrá aprender la religión de sus padres o de la sociedad donde vive o incluso no tener religión, pero sin dejar de ser teodependiente. El hecho de tener un CIV bajo, implica necesariamente que el creyente no pueda vivir sin la “protección” y “seguridad” que le proporciona su dios, de ahí que el cteodependiente necesite cuando menos a un dios en su vida.

                    Por otra parte, si la CURIOSIDAD, INTELIGENCIA, pero sobretodo VALOR  del niño es ALTO (CIV), entonces este CIV le generará un “nuevo equilibrio” y este será (SIN-DIOS) y excluirá a DIOS durante el resto de su vida como ATEO, sin la posibilidad de tener un nuevo “desequilibrio cognitivo” en relación a (DIOS), es decir que el ateo será ateo el resto de su vida.

                    En esa condición, el niño ateo aprenderá invariablemente y por sí mismo a vivir sin dios. El hecho de tener un CIV alto, implica necesariamente que el ateo puede vivir su vida tranquilamente sin la ayuda de algún dios protector, de ahí que el ateo vivirá sin dioses el resto de su vida.

Friday, February 26, 2016

EL ATEO POSITIVO.

La definición etimológica de la palabra ateo conlleva en sí misma una connotación negativa, esto es NO-DIOS, SIN-DIOS o que no tiene dios.
En el periodo de la Grecia antigua y politeísta, los ateos eran tolerados y convivían pacíficamente entre los creyentes con diversidad de dioses, sin embargo en la Grecia clásica, los gobernantes empezaron a ver a los ateos con recelo y como una amenaza que socavaba la estabilidad social.

Cuando nacieron las religiones monoteístas y sobre todo en la época medieval, los ateos fueron perseguidos, torturados, ejecutados y despojados de sus bienes materiales para beneficio de las instituciones religiosas y gobernantes tiranos.

En la actualidad como en la antigüedad, los ateos son una minoría en cualquier sociedad política y sus capacidades intelectuales le permiten entender la necesidad imperiosa que los creyentes tienen de los poderosos dioses y que a la vez esas mismas capacidades intelectuales les permiten entender el porqué los ateos pueden vivir y disfrutar  sus vidas tranquilamente sin dioses, permitiendo eso que los ateos puedan convivir entre los creyentes en paz y prosperidad.

 Sin embargo, a pesar de que la mayoría de las sociedades son democráticas y que se cuenta con una moderna tecnología de comunicación instantánea hacia todo el mundo, se observa que en Internet por ejemplo, navegan una innumerable cantidad de personas que se disfrazan y se hacen llamar ateos sin realmente serlos, estas personas son generalmente creyentes resentidos con su dios o creyentes renegados o expulsados de alguna religión por algún ilícito. También se encuentran entre estos falsos ateos los jóvenes o adolescentes rebeldes contra la educación religiosa impuesta por sus padres e incluso los homosexuales parias o excluidos de la religión por mandato bíblico, así mismo  muchos de estos falsos ateos son los agnósticos que navegan con bandera de ateo ante su indecisa postura.

En realidad, el ATEO genuino es una persona positiva, digno de respeto, tolerancia y merecedor de vivir su vida sin ser molestado.  El ATEO POSITIVO es digno de reconocimiento, ya que vivir esta difícil vida sin dioses poderosos,  protectores y salvadores  es algo que única y exclusivamente los ateos pueden hacer, es como los campeones olímpicos, solamente ellos pueden lograr tales hazañas. Desgraciadamente los FALSOS ATEOS o personas simuladoras que se disfrazan de ateos, le hacen un flaco favor a los ateos con sus fastidiosas posturas anti-teístas, anti-religiosas  y anti-creyentes y lo peor de todo es que las mayorías creyentes los funden y confunden y de verdad creen que son ateos.