Saturday, September 05, 2009

EL DEÍSTA Y EL TEÍSTA

                     En mi estudio sobre la topología de las Filiaciones Intelectuales (Ateo, agnóstico, creyente) considero que el creyente se puede dividir en creyente religioso y creyente no-religioso.
Dentro de los creyentes religiosos se encuentran los teístas que creen en algún dios, que pertenecen o se adhieren a una religión tradicional y que practican una serie de rituales o liturgia propios de esa religión.

                   Dentro de los creyentes no-religiosos se encuentran los deístas que creen en algún dios, pero no pertenecen o no se adhieren a religión tradicional alguna y por lo tanto rechazan toda forma de culto.


                     Lo interesante del deísta es que la gente común o no especializada lo confunde generalmente con un ateo y algunas veces con un agnóstico, tal es el caso de Emmanuel Kant a quien pocos de sus contemporáneos y nadie de su ciudad natal (Königsberg) lo consideraban un creyente en el sentido religioso y por esa razón lo señalaban como un ateo, incluso algunos actualmente consideran que era agnóstico.

                    Scheffner uno de sus biógrafos escribió que: “le había oído a menudo burlarse de las plegarias y de otras prácticas religiosas. La religión organizada lo sacaba de quicio.

                   En el mismo caso se encuentra Baruch Spinoza que en 1656 fue expulsado de su congregación religiosa bajo cargos de ateísmo, el refinado y tierno edicto dice:

"Excomulgamos, maldecimos y separamos a Baruch de Espinosa, con el consentimiento de Dios bendito y con el de toda esta comunidad; delante de estos libros de la Ley, que contienen trescientos trece preceptos; la excomunión que Josué lanzó sobre Jericó, la maldición que Elías profirió contra los niños y todas las maldiciones escritas en el libro de la Ley; que sea maldito de día, y maldito de noche; maldito cuando se acueste y cuando se levante; maldito cuando salga y cuando entre; que Dios no lo perdone; que su cólera y su furor se inflamen contra este hombre y traigan sobre él todas las maldiciones escritas en el libro de la Ley; que Dios borre su nombre del cielo y lo separe de todas las tribus de Israel, etc.“ El filósofo respondió con toda tranquilidad y cristianizó su nombre a Benedicto.

                    Sirvan estos casos para mostrar la superficialidad con que la gente común suele calificar y denostar al no-religioso o a todo aquel que ose atentar contra alguna religión. El comportamiento del deísta se parece en muchos aspectos al del ateo, pero la característica más evidente y contundente que lo diferencia es la imperiosa NECESIDAD de algún dios, deidad o trascendente por parte del deísta.

                    Por otra parte, de acuerdo con investigaciones científicas serias sobre los ateos, éstos generalmente no se pronuncian en contra de las religiones o en contra de su jerarquía eclesial y mucho menos contra los adherentes creyentes, por lo tanto es imposible que Kant o Spinoza pudieran haber sido ateos, en el mejor de los casos Kant y Spinoza eran creyentes deístas.

Saludos cordiales.