Thursday, April 28, 2005

LA CULTURA DE LA VERGÜENZA.

Desde que nacemos y hasta los 4 o 5 años, se nos es permitido andar desnudos en publico y al propio infante le es indiferente esa condición. Al ir creciendo se le obliga a vestirse o cuando menos, tapar las partes “prohibidas” y lo peor de todo se le enseña a sentir vergüenza de su propio cuerpo y considerarlo como origen del pecado, lo cual es sinónimo de “malo”.
Esta enseñanza está sumamente arraigada en las creencias religiosas, las cuales van mas lejos y consideran que el ser humano nace con el “pecado original” es decir que el ser pecador es genético y es trasmitido por la herencia, invariablemente a todo ser humano.
Enseñar a sentir vergüenza a un infante, es inhumano, sobre todo porque se le enseña que debe sentir vergüenza porque es pecador, y es pecador desde que nació, ya que Adán y Eva se atrevieron a comer el fruto del árbol prohibido, el árbol de la ciencia, es decir del conocimiento. De esta manera todo el que se atreve a saber o conocer es automáticamente pecador y por lo tanto digno de escarnio y de vergüenza.
Desgraciadamente este tipo de falsas creencias es excesivamente fácil de ser asimiladas por la gente creyente religiosa y dado que lo que más sobra en este planeta son los religiosos, entonces se empieza a crear la CULTURA DE LA VERGÜENZA en forma generalizada y sin control, de esta manera otros comportamientos como el mentir, robar, etc., son tratados de corregir en la niñez castigándolos y haciéndolos sentir vergüenza, rubor o pudor. Pero el niño aprende a evitar el castigo ocultando el hecho pero no puede evitar sentir vergüenza, pero no por mentir o robar sino porque lo sorprendieron robando o mintiendo y este sentimiento de vergüenza se va arraigando y aumentando al hacerse adulto y perdura hasta la muerte.
El caso mas patético es la multa de millones de dólares a la cadena televisora del Súper Tazón XXXIV, porque Janet Jackson mostró su hermoso seno derecho en la televisión pública. Con el humor del sarcasmo se ha dicho que eso, solo debe hacerse en National Geografic. Por cierto y a propósito de desnudos es fácil observar que los nativos o aborígenes “no civilizados” de los documentales de National Geografic, no se avergüenzan de andar en cueros.
La cultura de la vergüenza tiene tremendos y terribles impactos en la vida cotidiana de los seres humanos, al grado de negarse a sí mismos, de auto sacrificarse, con tal de evitar el pecado o el sentimiento de vergüenza. Su forma de percibir el mundo, su forma de razonarlo y entenderlo es bastante diferente a aquellos cuya cultura de la vergüenza no los afecta o lo hace en un grado mucho menor.
La conducta reactiva y vigorosa del creyente no solo se limita a aspectos religiosos, sino que la hace extensiva a todas las actividades de la vida diaria. De esta manera cualquier comentario que atente contra alguna verdad inmutable (falsa creencia) del creyente, lo hará sentir vergüenza y por esa “simple” razón reaccionará en forma violenta y contradictoria.
Es decir, no es tan importante el Dios de los creyentes, sino lo más importante es que alguien les cuestione o les señale que dicho Dios solo existe en su imaginación, que es un ser imaginario inventado por el mismo hombre y que viven en un error, esto les acarrearía un enorme e insoportable sentimiento de vergüenza.
El sentimiento de vergüenza es un proceso cultural, es enseñado y mantenido por nuestras tradiciones, por lo tanto el primer paso para eliminar los dioses imaginarios es reducir o eliminar la cultura de la vergüenza, de la culpa o del pecado. Para decirlo de una manera más simple eliminar la FALSA MORAL impuesta por las religiones.

EL LENGUAJE DE LA MENTIRA.

El lenguaje verbal y escrito que utilizamos los humanos para comunicarnos, no solo esta constituido de palabras, sino que conlleva una carga en la forma de pensar, de sentir, de percibir, de interpretar. Esto es, dicho en forma breve: El lenguaje es una forma de SER.
He observado en los mensajes que escriben los creyentes y seudo-creyentes una grave y profunda esquizofrenia lingüística, en la cual confunden lastimosamente lo ficticio y lo real.
Algunos creyentes como los budistas, maquillan su discurso y usan verdades a medias, como por ejemplo su Primera Verdad Fundamental: La vida es sufrimiento. Es cierto que el sufrimiento es solo una pequeña parte de la vida, pero es totalmente falso que la vida sea sufrimiento, si esto fuera cierto los suicidios estarían a la orden del día.
Otros como los cristianos y testigos de Jehová crean confusión a propósito, y sin que ellos se den cuenta tratan a la Biblia como si su contenido fuera real y verdadero. Creen ingenuamente que el hombre fue creado del barro y la mujer de una costilla de Adán.
Los creyentes en su infancia son sometidos y disciplinados a una férrea Cultura de la Vergüenza, sin embargo cuando se hacen adultos no solo no pueden deshacerse de las creencias ficticias, sino peor aun, la refuerzan en sus futuros hijos a través de una retórica maquillada y retorcida.
Los ateos se exigen a sí mismos y a todo el que se precie de ser humano, el utilizar palabras que describan los hechos, no que los disfracen, los tergiversen o los oculten, pero los creyentes no lo pueden soportar, el maquillaje del lenguaje es una imprescindible necesidad para ellos.

A continuación vamos a ver algunos ejemplos del Lenguaje de la Mentira, como son las siguientes palabras: Dios, fe, bueno-malo, libre albedrío, etc.

Una de las palabras más importante del Lenguaje de la Mentira es la palabra DIOS. Esta palabra proviene de un caso de los accidentes gramaticales del Griego llamado genitivo, el cual indica la propiedad o posesión del sustantivo, es decir, así como en el Español usamos la preposición “de” para señalar posesión, por ejemplo, la casa de Juan y en el idioma Ingles se usa el apostrofe y la letra s, como por ejemplo John’s home, así en el Griego, se modifica el mismo sustantivo para indicar que algo es propiedad o le pertenece a algo o a alguien, de esta manera el genitivo de Zeus (Zeuz) es Dios (Dioz).
Los romanos tomaron esta palabra como Deus y en general, todos los lenguajes romances incluyendo el Español, la palabra Dios significa que le pertenece o es propiedad de Zeus, el dios mitológico de los griegos y transformado al dios Júpiter por los romanos.
Todos los creyentes que dicen que son hijos de Dios, en realidad están diciendo que son hijos de Zeus o Júpiter y lo peor de todo es que el Lenguaje de la Mentira se los oculta y los creyentes no lo saben.
Otra importante palabra del Lenguaje de la Mentira es la palabra FE y esta tiene su origen en el Griego pistis (pistiz) que quiere decir “creer o el acto de dar a uno la verdad”, Los romanos adoptaron la palabra fides y le dieron el mismo significado que el de los griegos. Es decir consideraban la palabra fe como una creencia, la cual era opuesta a conocimiento.
Pero fue el apóstol Pablo en su epístola del nuevo testamento hebreos 11:1 donde le cambia el significado original y afirma que FE es el “aseguramiento de las cosas esperadas, la convicción de las cosas no vistas, esta afirmación la hace el apóstol Pablo considerando que el pecado humano no puede lograr la salvación a través de las buenas acciones sino a través de la FE en la libre gracia de Dios. De esta manera los creyentes consideran que son salvos por el solo hecho de tener FE en Dios, independientemente de sus acciones, es decir quedan encadenados para toda la vida por una simple palabra que supuestamente los libera de cualquier castigo.Como ven, a través del Lenguaje de la Mentira, no se necesitan mayor explicación de la palabra Fe, los creyentes en seres imaginarios entienden exactamente lo que significa, porque la iglesia se encargó de difundir la interpretación del apóstol y aun continua vigente esta palabra con su sentido religioso.

Saturday, April 23, 2005

INTRODUCCION.

No hay duda de que el comportamiento humano es fascinante. La variedad y cantidad de conductas del ser humano son ilimitadas, llegando a ser contradictorias y oscuras algunas de ellas.
Cuando seguimos las huellas de alguna conducta especifica del ser humano, ella invariablemente nos conducirá hacia las puertas de dos mundos misteriosos y complejos: El mundo interior y el exterior, los mundos de lo heredado y de lo adquirido, lo innato y lo aprendido, lo genético y el medio ambiente.
Todos sabemos que los seres imaginarios como Santa Claus, Superman, Batman o Tarzan no existen, que estos personajes son ficticios y fueron creados por el mismo ser humano para su entretenimiento. Sin embargo, cuando el ser imaginario cambia al nombre de Jehová, Dios, Jahve, Zeus o Tlaloc, súbitamente estos seres imaginarios dejan de serlo y se convierten en seres reales antropomórficos y además, sirven como sustento fundamental o principios, que rigen el comportamiento humano. Lo curioso de esto es que no todos los seres humanos reaccionan de la misma manera y hay algunas personas que continúan viéndolos como lo que son, simples seres imaginarios creados por el propio ser humano.
Por lo anterior, cabe hacernos las siguientes preguntas ¿por qué la mayoría de los seres humanos necesitan creer en algún tipo de ser imaginario y por que una minoría no lo necesita? ¿Cuáles son las características que distinguen a las personas que necesitan creer en seres imaginarios de las que no lo necesitan?
El siguiente estudio es un intento por clarificar estas preguntas, pero no desde el punto de vista de los seres imaginarios, sino estrictamente desde el punto de vista secular y psicológico, es decir que lo importante no son los dioses, sino las propias personas con sus mundos interior y exterior, lo genético y el medio ambiente, lo innato y lo adquirido.
De esta manera podemos formular la siguiente hipótesis: Las características de Curiosidad, Inteligencia y Valor de cada persona son las que determinan la diferencia entre necesitar creer en seres imaginarios y no necesitarlos.
Se entiende por Curiosidad la capacidad individual o disposición personal para investigar, conocer y saber. Se entiende por Inteligencia la capacidad para razonar y analizar lo investigado. Y finalmente se entiende por Valor, el coraje de reconocer, aceptar y superar las conclusiones de lo analizado.
Con el objeto de delimitar su marco de referencia consideremos los siguientes puntos:
Primero, los seres imaginarios son irrelevantes, lo importante son las mismas personas y determinar las características que diferencian a un creyente de un no-creyente, pero desde el punto de vista personal, individual o psicológico.
Segundo, las características de CIV, existen en todos los seres humanos. La diferencia de estas características entre los seres humanos es de grado y orden, es decir que el CIV de un creyente es MENOR que el CIV de un no-creyente.
Tercero, el CIV es un factor resultante. La característica de Inteligencia se ha tratado de medir y el pionero de estas pruebas fue el francés Alfred Binet, por otra parte la Curiosidad, un tanto mas abandonada por la Psicologia tiene algunas escalas como la de Zuckerman, finalmente, el Valor no han sido objeto o intento de medición. Por lo anterior y con el afán de clarificar el factor resultante CIV consideremos en forma tentativa, que cada una de ellas se pudiera medir en una escala de 0-100 puntos, entonces el Factor Resultante máximo seria de 300 (C+I+V) y por lo tanto para ser no creyente el factor resultante seria 201 o mayor o en su defecto para ser creyente el factor CIV es 200 o menor.
De esta manera una persona que tuviera una Inteligencia de 100 (sabio) y una Curiosidad de 100 (Científico), pero un Valor de 0, entonces invariablemente seria un creyente(100+100+0=200), esto explica por que hay científicos y genios creyentes, porque a pesar de tener la curiosidad de cuestionar y razonar sobre si mismos, carecen del valor para reconocer y aceptarse tal y como son, recurriendo a los seres imaginarios para tratar de ocultar su falta de Valor. Así mismo, si una persona tuviera un Valor de 100 y una Curiosidad de 50 y una Inteligencia de 50, entonces seria también un creyente (100+50+50=200), ya que a pesar de tener un valor máximo, su curiosidad e inteligencia no le alcanza para llegar a cuestionarse a sí mismo.
Nuevamente aclaro que los ejemplos de medición de las características CIV son solo con carácter explicativo y que de ninguna manera estoy afirmando que son resultado de alguna investigación estadistica.